La incursión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha supuesto un hito en la sociedad, apremiando la adaptación del sector salud a través de su integración y oferta, con el fin de ofrecer una asistencia sanitaria moderna y de alta calidad, capaz de hacer frente al nuevo panorama social que estas herramientas ofrecen. Estas transformaciones convergen en las diferentes esferas que componen el sistema sanitario de manera simultánea, como lo son la Administración, las empresas de tecnología sanitaria, los ciudadanos o los profesionales (Martínez, 2016).
Siendo el colectivo de enfermería el grupo más representativo en número, en el sistema sanitario, el empleo de las TIC ha jugado un rol sustancial en el emprendimiento de una nueva etapa en la práctica del ejercicio enfermero. Tanto es así, que las TIC se han con- vertido en un medio imprescindible para la prestación de cuidados de calidad. Las nuevas tecnologías han transformado la manera de planear, deliberar, documentar e investigar los cuidados clínicos prestados al paciente, dicha evolución es continua y proactiva, progresa juntamente con la implementación de nuevos productos, servicios y sistemas de información (Rouleau, et al. 2017).
En la actualidad la enfermería cuenta con un amplio rango de actividades relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación. En el sector salud el uso de las TIC tienen el potencial de promover el cuidado centrado en el paciente con un coste eco- nómico reducido, mejorar la calidad del cuidado y la información compartida, educar a los profesionales de la salud y los pacientes, fomentar una nueva forma de relación entre los pacientes y sus proveedores de salud, además de reducir considerablemente la de- manda de atención y los tiempos de listas de espera (Rouleau, et al. 2015).
De la Web 2.0 a la eSalud.
Para explicar la concepción actual de la eSalud es necesario hacer referencia a los inicios de la informatización y determinar los cambios culturales que ello ha supuesto en nuestra sociedad. En el año 2004 Tim O´Reilly compone el término Web 2.0, este término comienza a emplearse para hacer referencia a un conjunto de aplicaciones y páginas de Internet que precisan de la inteligencia colectiva (software social) para proporcionar servicios interactivos en red (Santillán 2015). A diferencia de su antecesor, la Web 1.0, permitiera los usuarios progresar dejando de ser simples espectadores, para ser ellos los creadores del contenido (Revuelta y Sánchez 2009).
Posibilitar que el usuario sea el principal precursor de información en los medios informáticos, ha generado una revolución social. Esta permuta ha supuesto un antes y un después en la producción y el manejo de la información, y es que internet se presenta como el nuevo protagonista del escenario social, ofreciendo nuevos marcos de comunicación e información mediados por plataformas Web, configurando a su vez nuevos actores, receptores y creadores de contenido (Álvarez y Botero 2015).
El término eSalud, se utiliza comúnmente para hacer referencia a todas las herramientas virtuales relacionadas con ordenadores y medicina, no obstante, este término engloba un significado mucho más amplio, tal y como expone Eysenbach’s (2001) en su definición de la eSalud;
La e-Salud es un campo emergente en la intersección de la informática médica, la salud pública y el comercio, referido a los servicios de la salud y la información generada o mejorada a través de internet y tecnologías relacionadas. En un sentido más profundo, eSalud no describe únicamente el desarrollo tecnológico, también hace referencia al estado mental, a la manera de pensar ,a la actitud, y al compromiso de la red, el pensamiento global, destinado a mejorar el cuidado de la salud local, regional, y mundial mediante el uso de la información y las tecnologías de la información.
En la actualidad, se realzan los avances en las tecnologías de la información, siendo la cantidad y la calidad de la información generada el factor inductor del cambio social (Masuda cit. In Larrauri, 2011).La aplicación de la Web 2.0 en el sistema sanitario se ha acuñado como Salud 2.0 la cual se interrelaciona con otros conceptos como eSalud o mSalud. El empleo de estas herramientas en palabras de Powell et al. “ofrecen a los actores de los sistemas de salud un espacio de información, un medio de interacción, una herramienta para la provisión de servicios y, finalmente, un medio con numerosas aplicaciones en salud pública” (cit. in Fontanet et al., 2010).Su empleo en el sistema sanitario permite realizar un abordaje tanto preventivo, a través de la promoción de la salud y divulgación científica, como asistencial, mediante el diseño de diferentes recursos destina- dos a acrecentar la eficacia y la calidad asistencial.
Informatización del Sistema Sanitario español
Para comprender el contexto actual de los sistemas de informatización que componen el sector de salud español y el grado de desarrollo de estos en las diferentes Comunidades Autónomas (CCAA), es preciso determinar el proceso de digitalización que el sector ha vivido a lo largo de los últimos años.
La informatización de la salud en España comienza con la puesta en marcha del Plan Director para Estandarizar y Normalizar la Dotación Informática de las Áreas Sanitarias (Plan DIAS) aprobado en 1988 por la dirección de INSALUD (Instituto Nacional de la salud). Se diseñó un plan integral destinado a la dotación de sistemas de información a más de 100 hospitales de la red asistencial del INSALUD, incluyendo todos los hospitales y los centros de Asistencia Primaria nacionales. De igual forma, se pretendía mecanizar tanto la gestión administrativa como la gestión asistencial de los hospitales durante un periodo de dos años. En este sentido, el Plan DIAS fue la primera gran iniciativa gubernamental de informatización de los centros sanitarios en España, siendo para muchos un proyecto ambicioso para el año en el que se implementó, pues la carencia de un nivel de mecanización en el momento en que se plantea este proyecto se impuso como desafío crucial para el avance tecnológico de la sanidad española (Orello, 1995).
El Plan DIAS dio pie a la creación y posterior adaptación de nuevos sistemas de informatización, siendo el programa informático DIAS el precursor de muchos de los sistemas actualmente vigentes y más utilizados por algunas de las comunidades autónomas, como por ejemplo el programa OMIap (Oficina Médica Informatizada para Atención Primaria, 2018), programa referente en sistemas de información para la atención primaria, siendo el más conocido y usado actualmente en País Vasco, Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Navarra, Aragón, Catalunya, Murcia, Madrid, Castilla la Mancha y Canarias.
El ePaciente un nuevo reto
Las últimas estadísticas realizadas en el año 2019 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que el uso de internet ha aumentado exponencialmente a lo largo de los años, siendo este año el incremento de adquisición de tablets el causante de la subida del consumo de internet en 1.4 puntos con respecto al 2018 en los hogares españoles. Y es que internet se ha instaurado como la herramienta universal de búsqueda, siendo la salud el segundo tema de búsqueda que lidera las actividades más realizada por los usuarios en esta plataforma. Los resultados de la encuesta publicada en el año 2016, realizada a 13.000 usuarios de internet de la unión europea sugieren que los usuarios femeninos comprendidos entre las edades de 25 a 54 años, cuyas unidades familiares se compongan de un mayor número de integrantes, especialmente miembros menores de 16 años o mayores a 65 años son más propensas a realizar búsquedas intensivas relacionadas con la salud a través de internet. Es importante destacar la naturaleza de los cuidadores en los hogares, siendo este llevado a cabo por el género femenino mayoritariamente, lo que determina claramente el aumento de las prácticas que fomentan la eSalud (Torrent et al. 2016).
Indudablemente la web 2.0 junto con las redes sociales configuraron un nuevo escenario como instrumento fundamental para suplir la demanda de información de pacientes específicos, magnificando su alcance hasta proporcionar información sobre la salud a consumidores carentes de patologías, cuyo mero aliciente radica en la adquisición de información sobre la salud (Constantinescu, 2014), naciendo así el ePaciente, un paciente informado que cuenta con un criterio de su condición previo a la realización de la consulta.
El término e-Paciente fue acuñado en el año 1996 por Tom Ferguson para hacer referencia a “aquellos pacientes equipados, habilitados, empoderados y comprometidos con su salud y las decisiones tomadas sobre ella”. Sin embargo, el posterior crecimiento de internet hasta convertirse en una herramienta capaz de otorgar nuevas habilidades y conocimientos se impone obligando a la adaptación de este término (cit in. Masters, 2015) siendo el mismo Ferguson en el año 2007 quien adapta la definición del e-paciente diciendo así:
Los e-pacientes representan la nueva generación de consumidores de salud informados que usan Internet para recopilar información sobre una condición médica de especial interés para ellos. El término comprende tanto a los que buscan una guía online para su propia enfermedad como los amigos y familiares que visitan el sitio en su nombre. Los e-pacientes presentan dos efectos en su búsqueda de información médica online: mejor información de salud y servicios, y una relación diferente (pero no siempre mejor) con sus médicos.
Los profesionales de enfermería ante la revolución de las nuevas tecnologías
Tal y como expone el punto anterior, la aparición de la Web 2.0 ha revolucionado el campo social. Internet se ha convertido en un medio infinito de posibilidades y aplicaciones en el sector salud, suponiendo un reto, no solo para los actuales clientes del sistema sanitario, sino también, para los proveedores de sus servicios (Santillán, 2015). La relación entre las nuevas tecnologías y la enfermería es cada vez más estrecha; enfermería como profesión integra la atención a personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o sanos, en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y los cuidados de las personas enfermas y discapacitadas (Rouleau et al., 2015). La integración de las TIC en la práctica enfermera ha provocado que esta de un giro radical, se ha adaptado la forma en que las enfermeras planifican, valoran, documentan e investigan la atención clínica, así como, los procesos por los cuales las enfermeras reciben y revisan la información, diagnostican, toman decisiones clínicas, se comunican y socializan con pacientes y familiares, e implementan intervenciones clínicas.
Ante el cambio del panorama enfermero, nace la necesidad de una nueva definición de enfermería, la cual interrelacione el manejo de las nuevas tecnologías aplicadas al arte del cuidado, naciendo así la “Enfermería informática”. La primera definición para la enfermería informática fue propuesta en el documento de debate del Proyecto Nacional de Informática de Enfermería (PNIE) en 1999, diciendo así (cit in. Canadian Nurses Association, 2001):
La Enfermería Informática (EI) es la aplicación de la informática y ciencias de la información en enferme- ría. Esta promueve la generación, la gestión y el procesamiento de datos relevantes para su uso y el desarrollo de conocimientos que apoyan la enfermería en todos los dominios de su práctica.
En este sentido, el profesional de enfermería cuenta con un amplio campo donde ejercer sus funciones mediante el uso de las TIC. Para ello Mair et al. (2009) describe cuatro dominios generales de eSalud a los que se pueden asociar la práctica enfermera mediante la aplicación de las TIC en su rol asistencial: sistemas de gestión, sistemas de comunicación, sistemas de información y sistemas computarizados de toma de decisiones.
Cada dominio de la eSalud ofrece una amplia variedad de TIC al alcance de los profesionales sanitarios, abriendo un nuevo abanico de posibilidades para la aplicación de estas nuevas herramientas en el arte del cuidado. Rouleau et al. (2017) sugiere diferentes aplicaciones TIC fundamentales para el funcionamiento de tres de los cuatro dominios expuestos en la ilustración anterior:
Los sistemas de gestión, los cuales ofrecen herramientas destinadas al registro de datos: registros electrónicos médicos, de salud o de pacientes, sistemas de registros de enfermería informatizados, sistemas de planificación de atención de enfermería (NANDA, NIC, NOC) y la Historia Clínica Electrónica, son algunos ejemplos de las herramientas que este dominio ofrece.
Los sistemas de comunicación nos brindan las TIC más conocidas para profesionales y pacientes: correo electrónico, teléfono móvil y telemedicina con el uso de videollamada o videoconferencia.
Los Sistemas computarizados de toma de decisiones, engloban TIC cuyo objetivo es la erradicación de errores y la simplificación de la asistencia sanitaria, como: tecnologías de administración de medicamentos (recetas electrónicas, sistemas electrónicos de registro de administración de medicamentos) o registro de medicamentos por código de barras.
Sistemas de comunicación, cobra especial importancia en la práctica enfermera actual, ya que está interrelacionado con el intercambio de información entre profesionales y entre profesionales y pacientes.
Años atrás, el conocimiento sobre temas de la salud era exclusivo para los sanitarios, los ciudadanos carecían de información a su alcance que les permitiera tomar decisiones basadas en la evidencia y contrastar la información recibida por sus proveedores de salud. Hoy en día, esta situación ha cambiado radicalmente, pues internet se ha convertido en la fuente primaria a la que los usuarios acuden a obtener información relacionada con la salud. Las aplicaciones de la web 2.0 (blogs, Linkeding, foros de discusión, redes sociales, etc.), ofrecen a los usuarios la posibilidad de obtener a la vez que publicar información, expresar sus opiniones y experiencias e interaccionar con el medio cibernético. La evidencia emergente destaca el auge del uso de las redes sociales por parte de los profesionales de la salud, apuntan que los sanitarios hacen uso de una amplia gama de redes sociales en su práctica, con el objetivo del intercambio de conocimiento ya sea entre profesionales, consumidores de servicios de salud o la población general. (Rolls, K., 2016). Ello supone un enorme reto de adaptación de recursos, así como la adquisición de habilidades que permitan llevar a cabo una rigurosa labor adaptada al contexto de la web 2.0. Y es que destreza del cuidado de la salud ha cambiado, el conocimiento y manejo de nuevos métodos como, mensajes instantáneos, blogs o el uso de las redes sociales, se torna como requisito en la práctica enfermera. En contra de la creencia común, los estudios desvelan que los pacientes no acuden a las redes sociales para eludir a los profesionales de la salud, para ellos internet representa un complemento de los servicios prestados por lo profesionales de la salud, el cual satisface las necesidades que muchas veces el profesional no es capaz de satisfacer (Smailhodzic, 2016). La necesidad de información es una de las razones de mayor peso por la que los pacientes hacen uso de las herramientas web, así como de las redes sociales. No cabe la menor duda de que estas herramientas conforman un medio enriquecedor, tanto para los pacientes como para los profesionales del cuidado. La información sobre salud basada en la evidencia científica permite el empoderamiento de pacientes y profesionales, y es que la información dota a los individuos de criterio objetivo y capacita a estos en la toma de decisiones.
En la última década el volumen de información contenido en internet ha aumentado de manera desmesurada, permitiendo el acceso, en términos generales, a un sinfín de contenidos sobre casi todos los temas imaginables. Dada la naturaleza de la sociedad en la que vivimos, la información se ha instaurado como factor fundamental para el funcionamiento de ella, tanto es así, que a diario se generan masas infinitas de información, siendo estas muchas veces carentes de rigor. Los usuarios, dedican muchas horas al consumo, proceso y comprensión de toda la información que reciben de los medios web. No obstante, su falta de validez y la carencia de habilidades por parte de los usuarios puede lograr una dicotomía, a mayor manejo de información por parte de estos cabe la posibilidad de que menor sea el conocimiento (Navas et al. 2012).
Este fenómeno se conoce comúnmente como intoxicación de información o infoxicación. La solución ante este problema se encuentra en gran medida influenciada por los profesionales de la salud. Ellos como nexo entre los pacientes y el medio sanitario han de fomentar el acceso a la información de rigor más allá del beneficio personal constituyendo esto como una responsabilidad social. Es primordial comprender que, para la existencia de información de rigor disponible de manera libre y accesible, los profesionales de la salud han de involucrarse en la medida de lo posible en la creación de información científica (D´Angostino et al. 2017). Para ello, es un requisito la “alfabetización sanitaria”; los profesionales de la salud deben adquirir habilidades a lo largo de su formación o posterior a ella, pues son necesarias para ser capaz de adaptarse al cambio y los nuevos retos que las TIC representan para la actividad profesional (Arandojo, 2016).
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